Evaluación Clinica Infantil

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Al igual que con los adultos, la evaluación psicológica debe ser realizada por un especialista, el cual debe tener entrenamiento en la utilización e interpretación de instrumentos estandarizados, así como, en la observación y entrevista, sin embargo, estos deben estar adecuados al área infantil para obtener resultados válidos. 

Algo que hace particular la Evaluación Clinica Infantil es el desafío que representa para el especialista debido a que requiere conocimientos y técnicas especiales, puesto que el niño se encuentra en constante cambio y desarrollo, específicamente en la etapa infantil y adolescente es donde se dan los cambios biológicos y comportamentales de mayor trascendencia para la formación de a persona adulta, la maduración será el resultado de la dotación genética en interacción con el ambiente.

Hay algunas características específicas que diferencia la evaluación infantil de la de adultos, y estas son las siguientes:

  1. El niño no asiste a consulta por iniciativa propia ni se considera a sí mismo como sujeto susceptible a evaluación y /o tratamiento psicológico, vienen siendo solicitados por los adultos por lo cual el planteamiento del problema, motivo de consulta vendrá condicionada por los valores y expectativas que tengan los adultos sobre el niño.
  2. Se evaluara el problema, teniendo presente que los adultos forman en menor o mayor grado parte de la generación, evolución y mantenimiento del problema, por lo cual la forma de afrontar el problema condicionara el proceso diagnóstico y de intervención psicológica. Donde a menor edad tenga el paciente habrá mayor necesidad de recurrir a personas allegadas para el correcto proceso terapéutico.
  3. La posibilidad desconocida de que exista una remisión o no de algún trastorno infantil produce cierto desconcierto en cuanto a que se puede esperar se produzca un cambio natural a medida que el niño crezca, dando como resultado no se intervenga de forma temprana, lo que trae como posible consecuencia la pérdida de tiempo esencial para hacer la intervención, especialmente cuando se trata de trastornos severos.
  4. La información que transmite el niño suele ser más limitada, debido a diversos factores como una posible dificultad de expresión verbal, deficiencias cognitivas, así como, temor al interactuar con un adulto desconocido, por esto último, es importante que el especialista tenga conocimientos sobre cómo manejar y acercarse al niño.
  5. El pronóstico evolutivo del trastorno varía de acuerdo a la edad en la se inició el mismo, lo que condicionara su gravedad y posible cronicidad de los síntomas.
  6. Considerar la importancia de las variables ambientales, debido a que el niño está sujeto a mayor control por parte del entorno físico y social en comparación al adulto, siendo más susceptibles a estos factores.
  7. La Evaluación Clinica Infantil deberá hacerse con perspectivas de futuro, es decir, ver al niño no solo en el presente con sus medios y circunstancias actuales, sino con proyección hacia los retos o cambios vitales a los que se enfrentara.

Evaluación psicológica de adolescentes:

Al igual que en la evaluación de niños, debe tenerse en cuenta que el adolescente se encuentra en el proceso de desarrollo y cambio donde se da gran parte de los cambios biológicos y comportamentales de mayor trascendencia para la formación de la persona adulta, por lo cual, esta es una etapa de gran importancia para realizar las evaluaciones e intervenciones pertinentes.

Desde la etapa de la preadolescencia y posteriormente de la pubertad, en los canales de comunicación con el niño suele tomar mayor relevancia el uso de la palabra. Así mismo, la visión que tienen de la figura del adulto suele ser distorsionada en muchas ocasiones, pues suelen cuestionarla, como forma de buscar su propio “yo”, su identidad en un marco social que es visto comúnmente como hostil.

Probablemente el adolescente que asiste a consulta puede traer consigo un conjunto de emociones negativas resultado de algunas experiencias familiares, escolares o sociales no resueltas, también se encuentra vigente la influencia de los grupos de iguales como marcos de referencia principal para los adolescentes, dejando de lado a los padres como modelo.

Debido a estas particularidades, al principio la relación entre el psicólogo y el adolescente será vista como de precaución, pues el especialista en un primer momento será considerado como un adulto más que va a indagar en los aspectos de su vida que puede no estar dispuesto a comunicar.

Sin embargo, la mayoría de las relaciones entre adolescente y psicólogo pueden construirse de acuerdo a las siguientes pautas:

  1. Saber escuchar y comprender el punto de vista: siempre se debe ser empático, así como, tratar de ser sensibles a la percepción de las cosas y tratar de entender los factores que producen y/o mantienen el problema, pues el papel del psicólogo se basa en proponerle herramientas y abrir las perspectivas de lo que sucede.
  2. Establecer una relación de cordialidad y franqueza: el psicólogo no debe tener el papel de reprochar o regañar, así como, tampoco de obligar a cambiar, en cambio, se busca proponer otros puntos de vista para que pueda construir su propia elección, buscando acompañar en la toma de decisiones ante un problema, brindándole las herramientas y el espacio para que él pueda elegir sin dejar de lado el respeto a sí mismo y a los demás.
  3. Privacidad: en la consulta, el adolescente puede llegar a informarnos de cosas o eventos que no desea sean conocidas por sus allegados, en ese momento, se debe tener presente que el especialista deberá considerar cada situación en particular y actuar en consecuencia, sin embargo, deberá valorar que en ocasiones la confianza dependerá de la discreción, pero también, hay que considerar que situaciones donde se vea en riesgo la integridad física o psíquica del adolescente o de un tercero, deberá ser informado a los padres o tutores para establecer un plan de acción adecuado.

Así mismo, los objetivos más comunes para realizar una evaluación infantil son los siguientes:

  • Conocer las causas y factores que intervienen en el origen, desarrollo y configuración del problema, consiste en identificar los factores de riesgo presentes en el entorno familiar, escolar y social.
  • Conocer el desarrollo psicobiologico del niño, es decir, cuales son los signos, síntomas o enfermedades que ha presentado o presenta en la actualidad, y esto se realiza a través de la recogida de datos por medio de entrevistas y cuestionarios para padres, considerando igualmente los informes médicos y/o psicológicos relevantes hasta la fecha.
  • Formular el juicio clínico en base a los datos obtenidos, en otras palabras: el diagnóstico
  • Preparar y aplicar el plan de intervención diseñado específicamente para el niño de acuerdo a los datos recabados y el diagnóstico considerados.

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